Sueños muertos, palabras vacías, corazones rotos.

  Me siento tan vacía, tan sola... Como si de repente todas las personas a las que quería y en las que confiaba hubieran desaparecido dejándome completamente sola, sintiendo este dolor que traspasa mi alma y ni siquiera me deja mantenerme en pie. Sé que tiendo a exagerar mis sentimientos negativos, pero creedme cuando os digo que esto está empezando a sobrepasarme.   No sé en qué momento exacto esto comenzó a suceder, mas cada día va a peor. Ya no sé si merecerá la pena celebrar mi cumpleaños o no, porque por lo visto voy a acabar haciéndolo sola, y eso si que me parece demasiado triste, incluso para mí. Tal vez sea tan sencillo como aislarme y olvidar el mundo, no prestarle atención, y simplemente dedicarme a estudiar y poco más, aunque eso también conllevaría dejar de ser quien soy.    Sinceramente, me siento tan perdida que no sé qué hacer con mi vida, qué rumbo seguir o qué alternativa tomar. Espero que el tiempo me guíe.

Llegó con tres heridas:  la del amor, la de la muerte, la de la vida. Con tres heridas viene: la de la vida,  la del amor, la de la muerte. Con tres heridas yo: la de la vida,  la de la muerte, la del amor.

  Hacía tiempo que no me sentía tan decepcionada, dolida, traicionada... Y es que, ¿cómo se puede mantener a una persona durante dos años totalmente engañada? No lo entiendo, no sé cómo no me di cuenta antes, por qué no me lo hizo saber en todo ese tiempo, en vez de mantenerme creyendo una cosa que él sabía perfectamente que era mentira. Y es que, como suele decirse popularmente, siempre te hiere la persona más cercana, en la que más confías, sin la cual no imaginas tu vida.   Me siento tan perdida, sin idea de qué hacer... Y es que esto es lo  que  menos me habría esperado por su parte. Yo confiaba plenamente en él, a ciegas, como si de un amigo de toda la vida se tratara... Mas ya veo que solo fui un juguete con el que entretenerse, al que manejar a su antojo y al que siempre mintió.