Sueños muertos, palabras vacías, corazones rotos.

  Oscuridad es lo que veo al cerrar los ojos, mas al abrirlos la luz no consigue disiparla. Este sueño, que representaba la luz al final del túnel, se desvaneció cual pétalos de flor en una tormenta invernal.   Como a una pluma el viento me acunará en esta fría noche. Mi presente está manchado de silencio y soledad y mi futuro… Mi futuro aún no puedo adivinar.

  Odiar quererte tanto. Es todo lo que puedo hacer, lo único que me queda. Tú me destruyes con tu indiferencia. Tu “amistad” no hace más que confundirme. ¿Puede saberse de qué vas? Hoy vienes, me saludas, me hablas y tan amigos como siempre. Al día siguiente ni siquiera un misérrimo “hola”. ¿Qué es esto? ¿De verdad crees que puedes jugar conmigo como haces con las demás?   Si lo crees estás muy equivocado. No soy como las demás, no podrás dominarme ni hallar en mí a un perrito faldero que aguante todos tus desplantes. Durante un tiempo puede que sí los aguante, pero no mucho más. No te lo toleraré todo como puede que sí hagan otras. No permitiré que juegues conmigo.   ¿Crees que dejarte llevar por él es lo mejor? Pues hazlo, guíate por él, cuando te decepcione a ti también volverás a mí.

  Un viejo indio estaba hablando con su nieto y le decía:   “Me siento como si tuviera dos lobos peleando en mi corazón. Uno de los dos es un lobo enojado, violento y vengador. El otro está lleno de amor y compasión.”   El nieto preguntó:   “Abuelo, ¿dime cuál de los dos lobos ganará la pelea en tu corazón?”   El abuelo contestó:   “Aquel que yo alimente.”

  ¿Pueden combinarse felicidad y tristeza? ¿Darse los dos a la vez en una persona? Puede que sí, puede que no. Sería como ser un poco bipolar o tener el alma dividida en dos.   Una mitad que lucha por ser feliz y otra que sigue triste, atormentada por un pasado al que no puede dejar escapar.   En medio del desorden total que reina en este mundo no es fácil ser feliz, mas hemos de aprender a serlo. Caos, desorden por doquier, eso es lo que nos rodea en este mundo de locos. Nuestra sociedad aleja a las personas. Hoy en día es difícil encontrar gente que pierda su tiempo por los demás.   Estamos obsesionados con la felicidad y no somos capaces de ver que, cuanto más la buscamos, más nos alejamos de encontrarla. Llegará en el momento que menos la esperemos, sorprendiéndonos totalmente y dejándonos atónitos.   Aunque nos cueste encontrarla, debemos de saber disfrutarla.

  ¿Cómo pueden cambiar las cosas tanto? ¿Cómo de estar completamente feliz alguien puede llegar y jodértelo todo? Gente estúpida, sin consideración ni respeto por los demás. Eso es lo que hay hoy en día, nos guste o no.   Falsedad a montones, cantidades de mentiras que rompen el alma. Todo pierde su sentido al compás del reloj; las cosas cambian, nada se mantiene, lo que parecía posible ahora no lo es, las esperanzas mueren, los sueños decaen.   El corazón va abandonando su ritmo frenético, deja de latir, de creer, de luchar… Se queda en manos de la soledad que lo rodea, hasta que llega la hora en la que deja de latir e, inevitablemente, muere.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada, y tiritan, azules, los astros, a lo lejos." El viento de la noche gira en el cielo y canta. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Yo la quise, y a veces ella también me quiso. En las noches como esta la tuve entre mis brazos. La besé tantas veces bajo el cielo infinito. Ella me quiso, a veces yo también la quería. Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos. Puedo escribir los versos más tristes esta noche. Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido. Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella. Y el verso cae al alma como al pasto el rocío. Qué importa que mi amor no pudiera guardarla. La noche está estrellada y ella no está conmigo. Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos. Mi alma no se contenta con haberla perdido. Como para acercarla mi mirada la busca. Mi corazón la busca, y ella no está conmigo. La misma noche que hace blanquea

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos, que son dos hormigueros solitarios y son mis manos sin las tuyas varios intratables espinos a manojos. No me encuentro los labios sin tus rojos, que me llenan de dulces campanarios, sin ti mis pensamientos son calvarios criando cardos y agostando hinojos. No sé qué es de mi oreja sin tu acento ni hacia qué polo yerro sin tu estrella, y mi voz sin tu trato se afemina. Los olores persigo de tu viento Y la olvidada imagen de tu huella Que en ti principia, amor, y en mí termina.

Solo por ti, estoy así. Solo por ti, vivo feliz. Y te quiero confesar que aquí frente al mar te quiero besar, para nunca acabar con esta fantasía que nos tiene cada día buscando... un recuerdo... que nos devuelva la vida y para siempre vivir en tu compañía que es la que me hace respirar día tras día...