Entradas

Mostrando entradas de septiembre, 2011

4.

  Cuando lloras y te abrazan, lloras aún más fuerte.

3.

  Todo me recuerda a ti. Ahora tú eres mi todo y, si te marchas, me quedo sin nada.

2.

  No quiero olvidar mis recuerdos. Simplemente quiero apaciguar mi alma.

1.

  Nunca te arrepientas de nada que te haya hecho sonreír.

Madrid 2011 (L)

  En ciertos momentos echo la vista atrás y recuerdo esa hermosa semana de agosto en vuestra compañía. Fue de las mejores semanas de mi vida, a pesar del calor y los inconvenientes que se nos iban presentando en el camino. Conocí a muchísimas personas maravillosas, que con sólo su presencia me ayudaron a ser feliz en esos momentos.   Ver a tanta gente junta, cantando lo mismo, es algo grandioso y muy difícil de describir con palabras. Es precioso poder sentir la intensidad de eso, de más de un millón y medio de personas hablando el mismo idioma, profesando la misma fe y las mismas creencias. Gente que ha sentido la llamada en su vida, que han hecho todo lo posible para estar ahí y formar parte de eso que traspasa todas las barreras de lo que hasta ahora yo conocía.   Fue una de las experiencias más maravillosas que he podido vivir. Sólo hay algo que tengo muy claro en este momento: en 2013, a por Río de Janeiro.

El tiempo pasa, mas nada sigue igual.

  Ya no sé qué pensar de esto. He perdido el norte una vez más. No tengo ni idea de qué dirección tomar, cómo olvidar esto. La forma adecuada de pasar página sigue estando fuera de mi alcance.   Ha pasado ya casi un año y sigues igual de presente en mi mente. No es fácil olvidar, por mucho que quieran hacerte creer que sí lo es. No es sólo eso, siempre acaban sumándosele más cosas que pueden con tus ganas de luchar, con tus ganas de vivir, con tu fe. Superarlo todo cuesta muchísimo, y es mucho más cómodo aguantarlo sin superarlo que afrontarlo con la cabeza bien alta.   Muchas veces sufrimos sólo por eso, porque es más sencillo y menos complicado dejarlo estar que olvidarlo todo de una vez por todas. Por eso te digo, no te quedes como estás, lucha por tu felicidad, pelea, sé fuerte por mucho que cueste, a pesar de todas las adversidades que la vida te ponga delante. Supéralo todo, ten fe, grita si es necesario. Sé feliz por ti a pesar de lo que puedan decirte los demás.

Enfrentarse al pasado.

  Todos los días toca enfrentarse al pasado. Unas veces es menos doloroso que otras, sin embargo, hay ocasiones en las que no es nada doloroso, simplemente es alegría y felicidad.    Puede que lamentes algo que no hiciste por miedo, o algo que hiciste y te salió mal. Puede que te alegres de los triunfos que conseguiste, o de los amigos que tenías y aún conservas.   Cuando recuerdas esas personas que perdiste sólo puedes adoptar dos actitudes: o alegría por esos maravillosos momentos que viviste en su compañía, o tristeza por saber que esos momentos ya no se podrán repetir, que no podrán volver a ocurrir y que no puedes crear más recuerdos con esas personas.   De todas formas una cosa es que esos recuerdos vengan a tu mente y, otra muy diferente, que veas a esas personas y te des cuenta de todo lo que no pudo ser, a pesar del empeño, la fuerza y la ilusión que pusiste en ello.   Lo mejor que puedes hacer, por muy mal que hayan salido las cosas, es afrontarlo todo con una enorme sonrisa.