¿De verdad es tan difícil entender que alguien, de vez en cuando, necesite un poquito de cariño? ¿Es tan complicado darle, alguna que otra vez, algo de amor a alguien? ¿Por qué vivimos en un mundo tan intensamente artificial, sin apenas un ápice de sentimientos, de sinceridad, de transparencia...? Nuestro mundo se va al garete, y por lo visto nadie piensa hacer nada por solucionarlo o, al menos, pararle los pies a este rápido proceso que nos va consumiendo a la par que nos vuelve más fríos y desconocidos.