Un año más que despedimos.
Otro año más que se nos va. Un año que ha estado cargado de momentos, de alegrías, de lágrimas, de recuerdos y de personas inolvidables, pero también de otras que sería mejor olvidar. No puedo decir que haya sido un año redondo ni mucho menos, pues ha estado cargado de errores que me gustaría no haber cometido, pero los cuales me han enseñado a seguir adelante a pesar de las dificultades, incluso cuando mi cara ha estado anegada de lágrimas. No ha sido fácil, pero sí ha estado lleno de maravillosas compañías que, a pesar de las dificultades que con ellas también he pasado, han seguido ahí demostrando su fidelidad, su lealtad, su amor... En definitiva, su amistad. Asimismo he de reconocer que ha sido tiempo de olvidar a muchas personas, de dejar sentimientos atrás, de cambiar y de reemplazar, pues si alguien no quiere seguir siendo parte de tu vida, ¿por qué te ibas a empeñar en mantenerlo ahí? Es mucho más sencillo dejarlo ir, porque aunque en un principio duela, a la larga será