Sueños muertos, palabras vacías, corazones rotos.

  Y por fin, después de mucho tiempo esperándolo, ha llegado el verano. Y con él las vacaciones, los días de playa con amigos, poder dormir toda la mañana sin sentirte culpable, las fiestas, los momentos especiales... Y las puestas de sol más preciosas y cargadas de sentimientos.   Muchas gracias por llegar. Espero que este sea tan especial o más que los anteriores, así que a disfrutarlo al máximo antes de que se nos haya escapado de las manos sin habernos percatado de ello.

  No voy a negar que te extraño y que me muero de ganas de verte, pero eso no va a hacer que siga arrastrándome para que al final no pase nada.