Sueños muertos, palabras vacías, corazones rotos.

  Después de mucho hablar, debatir y demás habíamos quedado en borrón y cuenta nueva, mas tras este gran fallo de nuevo, que dijiste que no se produciría más, ¿qué he de pensar? Desde luego ya no puedo confiar en ti, ya no puedo creer en tus palabras si luego acabas haciendo lo mismo de siempre.    ¿Qué he de hacer? ¿Será ya la hora definitiva de acabar con esto? Si es así, ¿cómo puedo hacer para no sufrir, si la sola idea de no saber más de ti me mata? No sé cómo actuar, no sé cómo sobrellevar esto; de hecho creo que me supera...

  Sé que últimamente no aparezco mucho por aquí, pero supongo que ese ha de ser el coste de estar desanimada, desmotivada, sin ganas de nada, y mucho menos con las palabras adecuadas para expresarme. Sí, es así, me guste creerlo o no cada vez me cuesta más decir lo que siento, pues no encuentro esa palabra exacta, esa expresión que refleje todo lo que pienso y que me aflige, y eso sólo contribuye a frustrarme aún más.   Recuerdo esa época en la que las palabras me eran fáciles, sencillas, directas, en las que no necesitaba pensar mucho para que me saliera algo medianamente digno de leer, mas ahora todo se ha distorsionado, no sé si es que ya no soy la misma o qué ha cambiado, pero sí sé que esto ya no me resulta sencillo, y que por ello me veo en la obligación de escribir menos y, por tanto, de dejar más emociones dentro de mí que, poco a poco, van acumulándose hasta estallar en una manifestación de odio y amargura por todo lo que me rodea.

  Estar sin ti me está matando. ¿Es demasiado pedir que te quedes en mi vida? Dime lo que necesites, pero al menos dímelo a la cara, no me dejes con la duda de no saber qué sientes, y mucho menos por quién. Creo que merezco algo más que esta simple ausencia injustificada, aparentemente carente de sentido.   ¿Acaso no éramos amigos? ¿Acaso no llegamos a ser algo más allá de eso? Creí que nuestra amistad era fuerte, verdadera, que primaba sobre otras muchas cosas... Pero ahora ya no puedo estar tan segura de ello, es como si tú hubieras decidido desaparecer de mi mapa, y todo sin previo aviso. No puedo negarlo, a pesar de todo sigo queriéndote.