Mi carta de despedida - tardía - a 2020


2020 se presentaba como un año apasionante e interesante, sin embargo, resultó ser un año complicado; un año de cierre; de finales; de pérdidas... Un año en el que nos hemos caído para volvernos a levantar. Sí, porque aunque tengamos la sensación de seguir tirados en el suelo, no lo estamos: caminamos hacia 2021. El paso puede ser más o menos firme, pero el tiempo no se detiene, y nosotras tampoco debemos hacerlo. 

Trabajemos para que 2021 sea mejor que 2020, y para cambiar todo aquello que no nos ha gustado de este año. 

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Las palabras nunca te fallarán.

  ¿Cómo expresarlo? ¿Con qué palabras decir lo que siento para así poder liberarme de esta carga que aprisiona mi corazón?   Es terrible ver cómo las personas más cercanas a ti te van fallando conforme transcurren los días. Hoy uno, mañana otro, ... Y así sucesivamente, hasta que miras a tu alrededor y no ves nada. El vacío es horrible, y sentirse vacío aún lo es más. Pero, ¿cómo remediarlo? A nadie parece importarle lo más mínimo si te fallan o no; siempre buscan algún pretexto. Sin embargo, las excusas no sirven de nada; el daño ya está hecho.    Tal vez esto no le importe a nadie, ni mucho menos a esas personas, pero como ya estoy sola, ¿a quién iba a recurrir si no es a las palabras? Ellas son las únicas que siempre permanecen contigo, aunque unos días estés más inspirado que otros, ellas siguen ahí para ti, para que puedas soltar tu pena y respirar un poco más aliviado. Al fin y al cabo son las únicas que comparten tu dolor, tu alegría y tu tristeza.
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